miércoles, 26 de octubre de 2011

5 - Efecto Pocoyó

En el primer cumpleaños de una casi sobrina le habían hecho una tarta de Pocoyó. “De po qué?”- se me ocurrió preguntar- y fue cuando todas las mamás que allí había casi se me echan encima por no saber quién era el famoso Pocoyó. La verdad que hace seis años no veía dibujitos infantiles ni estaba nada puesta, ahora sí o eso trato aunque seguro que, en alguna ocasión, se me escapará algo.
Hace un par de meses, uno de nuestros sobrinos, cinco meses mayor que Jirafita, estaba loco con Pocoyó.  La verdad que hasta ahí pensé que a mi peque simplemente le gustaba y ya está. Desde hace unas semanas, Pocoyó es como uno más de la familia. Mi peque tiene un muñeco muy manejable de este personaje y hay días que le quiere dar la merienda, se quiere bañar con él, sacarlo a pasear o dormirlo a su lado.
Lo que sí he observado es que ha ido ampliado su vocabulario, con palabras o frases cortas, que dice Pocoyó. “Hola Pocoyó”, “Ta maniana (hasta mañana)”, “Elly” “Pajaroto” “Pupo (pulpo)”...

“Pato” ya lo decía antes pero se pone muy contenta cuando ve al pato de Pocoyó. Salta como Pocoyó, se ríe con las manos en la boca como él y si Pocoyó hace algo “mal”, con sus manos en la cabeza (la mar de cómica) le dice: “anda Pocoyó” (como diciendo mira lo que has hecho...), el único que no se llama por su nombre es el perro, que se llama "guagua", no hay modo.
También está aprendiendo inglés con Superpocoyó, veremos cómo nos va.
Así que nada, mientras dure, aquí le hemos hecho un hueco en nuestra familia a este gracioso y educativo personajillo azul.
Como está en plena fase, le estoy preparando una sorpresa con unas tarjetitas de manualidad para que juguemos a emparejar. Cuando lo tenga listo subiré cómo ha quedado y contaré el resultado.

martes, 25 de octubre de 2011

4- Jirafa y jirafarte

Después de mucho pensarlo, he decidido dar un giro a mi inicial blog para crear dos espacios distintos en una misma cuenta.
En esta página la jirafa escribirá una especie de diario sobre su peque y en el otro portal, Jirafarte , sobre una de sus grandes pasiones, las distintas formas que hay de saborear el arte.
Espero que por fin pueda sentirme cómoda, escribir de lo que quiero y disfrutar de las distintas aventuras que me esperan tanto en uno como en otro.
Bienvenid@s

miércoles, 12 de octubre de 2011

3 - ¿Es que no lo ves?

Situación:
Mi hija, en el salón, sentada en una mantita viendo los Tubibaby.
Yo, en la cocina, pelando y quitando semillas a un puñado de uvas para su merienda.
De repente:
-¡¡¡Mamá!!! ¡¡¡Pañal!!! ¡¡¡Pañal!!!
Salgo a toda marcha de la cocina para ver qué sucede con el pañal, pensando, en milésimas de segundo, que quizá “algo” se haya escapado del pañal o que ella se lo haya quitado o...

Y me la encuentro tan tranquila mirando la tele. Al comprobar que estoy allí, repite: “¡pañal!, ¡pañal!” y señala, con su índice, la pantalla. Intento descifrar lo que me está queriendo decir porque, ya no se trata de que tenga lengua de trapo, se le entiende perfectamente, es que, viendo lo visto (que ya iré escribiendo) a esta hija mía se le puede ocurrir cualquier cosa.
Miro la pantalla (todo esto que cuento trasladémoslo, en tiempo, a segundos) y aparece en dibujitos: una playa, con el mar de fondo, arena en primer plano, dos marionetas (creo que un pato y un pájaro), una pala para jugar, un cubo azul y un cangrejo que, de forma intermitente, aparecía y desaparecía en la arena.
-¡Uy el cangrejito!¡qué bonito, cariño, mira cómo se esconde y vuelve a salir!
- “Pañal, mamá, pañal”
Le faltó decirme: “mamá déjate de cangrejitos, ¿es que no lo ves?”
Yo mientras tanto, dando a mi “disco duro” a mayor velocidad, mirando minuciosamente la imagen para averiguar el acertijo.
Hasta que una "lucecita" se encendió y reparé en el cubo azul. Jo mamá- me dije- te ha costado, ¿eh?
Y es que en el baño donde tenemos su cambiador, hay un pequeño cubito azul donde desechamos los pañales.
-¡Ah!, el cubito azul, ¡Igual que el que tenemos en el baño para echar tus pañales!¡Muy bien!
Me miró (como diciendo, muy bien tú, menos mal, hija mía, con lo fácil que es y lo que te ha costado) y siguió tan pancha viendo sus dibujitos. Supe que había acertado porque, de lo contrario, estaría diciendo “pañal, pañal” hasta no sé cuándo...
En cierto modo, desde muy pequeña, le he ido enseñando a comparar conceptos, “mira igual que tu torre de taquitos, mira rojo como tus zapatos, mira el pájaro del libro como el del árbol del parque...

Aunque ella se basta y se sobra, después del "Pa quién es"...


Me encanta cuando los asimila, los reconoce y, también, cuando me reta porque se nota que le gustan, como a mí, pero así, sin avisar, me pone cada prueba...
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