Hace tiempo que teníamos ganas de hacer esta botella de las emociones, pero como se nos acumulan las cosas chulas por hacer...pues a veces hasta se nos olvidan....pero bueno, por fin la hicimos!!!
En estos momentos en nuestra familia es un tiempo de espera, ya falta poquito para que pasemos de ser tres a cuatro miembros, estamos esperando la llegada de nuestro chiquitín que en unas semanas, si Dios quiere, estará con nosotros.
Es un momento precioso, de preparativos materiales y emocionales y todos en esta casa, de forma conjunta e individual, necesitamos equilibrar nuestras emociones en algunos momentos para relajarnos y estar en calma.
Esta botella nos ha venido muy bien.
Le expliqué a Jirafita lo que íbamos a hacer y enseguida se prestó a hacerlo ella sola. Decidimos preparar dos botellas. En una usó purpurina de estrellitas y en la otra flamencos.
En la primera usamos: agua, aceite de girasol y purpurina de estrellitas y en la segunda: agua, aceite corporal y purpurina de flamencos.
Nos ha gustado más el efecto de la primera con el aceite de girasol. Se veía mucho mejor cómo al agitarla subían las estrellas de forma rápida, subiendo y bajando...como cuando tenemos las emociones revueltas.
En cambio la de los flamencos con el aceite corporal, las "emociones" subían de forma apelmazada.
Pero nos sirvió para concluir que cuando tenemos emociones revueltas, a veces el enfado por ejemplo nos entra de golpe y todas las emociones se nos revolucionan en cuestión de milésimas de segundos y suben y bajan muy rápido (como en la primera botella), en cambio otras veces (segunda botella) las emociones se apelmazan juntas y nos cuesta hasta reconocerlas e identificar qué nos pasa.
Me gustó mucho poder trabajar la emociones de este modo con Jirafita. Íbamos nombrando una emoción, removiendo y tratando de identificar qué sucedía y observar cómo volvía a su estado de calma.
Comprobamos que la del aceite corporal, a pesar de aglutinarse...luego volvía a su estado de calma mucho antes que la del aceite de girasol donde todo estaba revuelto por más tiempo, subiendo y bajando con más rapidez y tardaba algo más en calmarse.
Jirafita nunca ha sido (hasta ahora...que luego nunca se sabe) de grande estallidos emocionales, se enfada claro está como todos lo hacemos pero suele canalizarlo y razonar que a veces nos da una gran lección a los adultos. Es bastante madura para su edad y con el tema "emociones" también y creo que eso es una ventaja para afrontar muchas cosas a lo largo de su vida.
En cualquier caso, nos encanta poner ejemplos o ver cuando nos pasa algo desde el punto de vista de la botella de la calma y después de "estudiarlo" vemos las situaciones de otro modo. Tratamos de controlar la respiración, hacer "stop" a los pensamientos negativos, concentrarnos en una purpurina y seguir su recorrido (esto nos ayuda a desconectar de lo que nos afecta) y relajarnos. Ya sabemos que en estado de calma las percepciones son totalmente distintas a si estamos alterados.
Fácil, rápido, económico y con grandes resultados.
P.D. parece ser que también se puede hacer con purpurina líquida de pegamento. Nosotros probamos dos veces con marcas diferentes y no nos salió el experimento. Ni subía ni bajaba ni se veía bien.....
Si alguien lo ha hecho y le ha salido que nos lo cuente por fa, igual tiene un aprendizaje que no hemos visto ;-)
También probamos en tarro de cristal pero nos gustó mucho más en botella de plástico donde no había peligro de roturas ni cortes.
que bien que os este sirviendo, esta es de las pocas actividades que les he propuesto a los niños y me han dicho que no querian hacer...al niño lo de la calma no le va, es demasiado temperamental y la niña me dijo que no queria gastar la purpurina en eso (lo debe considerar un bien escaso...) besos
ResponderEliminarBueno, no siempre les apetece hacer todo. Tal vez puedas hacerla tú y dejarla a la vista...cuando la vean te preguntarán qué es y cuando le expliques igual les encanta.
EliminarJa ja me parto con tu niña ;-)
Y yo lo miraba y pensaba ¿para qué servirá? Si es que soy muy simple jajaj
ResponderEliminarDespués de leído me he dado cuenta de que es una forma estupenda de explicar las emociones a los peques.
Besos
Ja ja, sí es otra forma de explicarla. Hay que explotar todas las posibilidades....aprender lo mismo pero desde diferentes perspectivas ;-p
EliminarHola, nosotros lo hicimos con tarros de cristal y les encanta. Los tengo en la cocina y de vez en cuando vienen, los cogen y les dan un buen meneo. Usamos agua, aceite de oliva y purpurina sin pegamento. A los peques se les fue la mano la purpurina se convirtió en una mole brillante. Lo que me pude reir el día que estallé y me vino mi hijo daniel agitando uno de los botes: "Mira mami, ahora estás así".
ResponderEliminarMe parto con Daniel, tiene salida para todo. Y también está bien que nos hagan ver a nosotros la realidad, verdad? no veas las lecciones que me da a mí Jirafita. Estos peques se las saben todas ;-)
EliminarVoy a hacer para mi, este frasco de las emociones :)
ResponderEliminarSe vienen tiempos aún más lindos, con la familia más grande. Que todo salga maravillosamente!
Hazlo, ya verás qué bien va!
EliminarGracias, ya os iré contando ;-)
Nosotras también, por fin, la hicimos el otro día. Hemos utilizado agua caliente, pegamento líquido transparente, purpurina y colorante y nos ha quedado genial!!! a la bichito le encanta y al igual que jirafita nunca ha sido niña de grande rabietas y estallidos emocionales, pero de vez en cuando nos toca coger el tarro de la calma.
ResponderEliminarTenemos que probar con agua caliente, sin aceite y con colorante...a ver qué tal ;-)
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