Una bolsa pequeña llena de muñequitos y objetos variados. Inconexos o de un tema concreto
Jugamos de dos formas:
Tiramos el dado por turnos, cada uno saca tantas figuras como indique su número de dado y entre todos los elementos vamos haciendo crecer la historia.
Empieza uno y, cuando lo crea conveniente, pasa el turno al siguiente. Usamos todos los elementos que tenemos. Unos entran, otros salen, pero todos los que hemos sacado de la bolsa tienen que formar parte de la historia. Hay protagonistas y secundarios, como en todos los cuentos o historias.
A veces si no sabemos cómo continuar o algún elemento no nos gusta tanto e incluso no termina de encajar, pues tiramos de nuevo el dado y podemos cambiar tantos muñequitos como el número que indique el dado. (ej, sale un dos pues elegimos dos para meter en la bolsa, volvemos a remover y sacamos otros dos). "El que toque tocó", como dice Jirafita.
Es divertidísimo y nos reímos un montón porque a veces tenemos que hacer adaptaciones de la historia que se va por derroteros increíbles. La imaginación es ilimitada y todo aquello que creamos puede suceder.
Otro juego distinto es que empieza un jugador, coge un elemento de la bolsa (sin mirar) y empieza una historia, pasa turno y el siguiente coge otro objeto y continua la historia y así con todos los jugadores. Cada nueva invención aporta un nuevo personaje al relato.
Por esta casa nos lo pasamos muy bien. Vamos cambiando los objetos de la bolsa y salen historias muy distintas con los mismos muñequitos.
Nota: Los elementos nosotros los sacamos sólo palpando, sin mirarlos.
De todas las historias que hemos creado hasta ahora, recuerdo con especial cariño el juego que dio el flamenco y el sombrero. El sombrero lo incorporé yo a la bolsa y el flamenco mi pequeña (sí, a veces hacemos bolsas mezcladas...cada miembro de la familia introduce los objetos que le parece sin que el otro los vea...así siempre tenemos la capacidad de sorpresa al sacar muñequitos que no imaginábamos. Da mucha más riqueza a las historias). Y el hada de la canoa. Qué preciosa historia. Ninguno cambiamos ni el hada ni la canoa ni el flamenco ni el sombrero. Estuvieron hasta el final de la historia mientras otros elementos entraban y salían.
El flamenco es otro animal, junto con la jirafa, que nos fascina en esta familia.
Con este juego, aparte de los ratos tan divertidos que nos da. Aprendemos vocabulario, nos enriquecemos culturalmente trasladándonos a países o ciudades, conocemos flora y fauna, capacidad de enlazar elementos inconexos, trabajamos la atención y la memoria para continuar historias y no perder el hilo de lo que ha contado otro jugador, capacidad de elaborar un relato a partir de algo concreto o continuarlo teniendo sentido, expresar sentimientos, sintetizar, narración....
Es un juego que da mucho de sí, entre otras cosas, para los más mayores les prepara para hacer comentarios de textos, comprensión lectora, etc...
Nosotros siempre tenemos una bolsa lista, las vamos cambiando por semanas o cada dos o tres días si hemos usado muchos elementos. Ahora que se acercan los días de playa y piscina, llevaremos una para esos ratos donde haya que combatir el calor con algo divertido.