Este es el libro con el que estamos participando en la sección de biblioteca de nuestro colegio. A Jirafita le fascina la historia y quería compartirla con sus amiguitos. Este libro ahora está en la casa de algún amiguito de la peque y la próxima semana irá a casa de otro nuevo y la semana anterior ya pudieron leerlo en otra familia. A la nuestra no regresará hasta que acabe el curso. Mientras, nosotros vamos disfrutando de otras historias cada semana con un nuevo libro que va llegando a casa.
Este taller es muy divertido y en casa, que somos amantes de la literatura, lo estamos disfrutando mucho. La peque cada semana está entusiasmada con el cuento del amiguito que le toque y muy motivada en terminar la ficha correspondiente. Me parece una forma muy amena y divertida de hacerlos partícipes de algo tan hermoso como es la lectura.
Como madre implicada en la educación de su hija me siento un tanto decepcionada con la colaboración de muchos padres en este taller, porque la maestra nos presentó unas normas que debíamos respetar por el bien de todos los pequeños y familiares para, así, poder disfrutar de cada historia al máximo, mantener la ilusión de los pequeños continuamente y convertir la lectura en placer.
Es una pena que no todos las respetemos, y ¿por qué me enfado si yo sí las respeto? porque el que no, me demuestra que no se está tomando en serio esta sección y de algún modo cuando ese cuento llegue a mi casa está "afectando" a mi hija y a mi familia. ¿A qué me refiero?, pues una de las normas era que los cuentos no fueran clásicos porque ya están más vistos, que tuviéramos mucho cuidado en el texto, que no hubiera nada bélico ni que pudiera asustar a los niños. Pues bien, es cierto que desde que empezó el curso escolar hemos leído historias muy interesantes que hemos exprimido al máximo durante la semana que estaba en nuestro poder, por petición de la peque (otra vez, otra vez, otra vez...) (ya iremos compartiendo aquellos que nos han gustado) pero también nos han tocado una versión sirenita que de verdad me dan ganas de decirle a la madre "realmente has leído el cuento??" es alucinante la cantidad de palabras que me daban miedo hasta mí y para terminar matando con un cuchillo a la malvada del océano y con todo lujo de detalles. No, no os preocupéis, que le leí a mi pequeña una versión mezcla inventada por mí y mezcla de la sirenita que conoce.
También nos llegó otro que si era pasable al principio al final terminaban de rematarlo dándole palos a un pobre elefante...einnn?? yo alucinaba, realmente hay gente que lee eso a sus hijos?
Otro que era dos cuentos en uno y que ni siquiera leí al completo y que yo que soy muy de imaginar e inventar fui incapaz de hacer una historia convincente al respecto. No había forma de atar cabos. Y así unos cuantos, pero el que gana sin duda fue una versión de los tres cerditos para alucinar donde no solo se incumplía lo del clásico sino que se llevaba "la palma" de miedos, emociones negativas, confusiones...; resultaba que el lobo se iba comiendo a cada cerdito pero con todo lujo de detalles, para finalmente el lobo morir achicharrado en la olla mientras agonizaba escaldándose. Ni que decir tiene que leí la versión que tenemos nosotros que no tiene por qué ser la mejor pero desde luego no es ni catastrófica ni de miedos, ni bélica...
¿Realmente hay gente que lee eso a sus hijos?, ¿llevan al cole el libro más feo-roto-barato...que tienen por si al final de curso no llega en buen estado?
De verdad que me cuesta entenderlo y sobretodo que sean familias que se las dan de más don. Y ¿por qué ven tan raro que a sus hijos les cueste conciliar el sueño?
Sería mucho más fácil que todos respetemos las normas, que no pensemos que nos van a romper los libros sino que van a ser muchos los que van a disfrutar de una bonita historia, unas nos podrán gustar más, otras menos pero de todas podríamos sacar mensajes positivos. A veces los padres hacemos las cosas tannnnn difíciles!!!!!
Y ahora todavía lo leemos nosotros y cambiamos el texto pero cuando los peques puedan leerlo solos ¿qué hacemos?
Habrá momentos que no podamos saber lo que nuestros peques ven, leen o hacen pero ahora que sí podemos dónde están los padres????
La avellana
Eric Battut
Editorial Kókinos
El ratoncito verde está empeñado en abrir una avellana y zampársela, pero no tiene fuerza suficiente. Entonces pide ayuda a la tortuga, al conejo, a la cebra, al león y al elefante. Entre todos descubrirán que en el interior de este codiciado fruto hay un habitante sorpresa.
Un cuento encadenado, de los que tanto atrapan a los niños más pequeños. Con una exquisita sencillez y un ritmo marcado que se repite tanto en el texto como en la ilustración, logra que los niños quieran volver al principio de la historia una y otra vez.
Nos encanta la editorial Kókinos, tanto por sus originales historias como por sus dibujos
Os lo recomendamos.