Después de unos días recuperándonos de “viruses” varios, de celebraciones y preparativos, por aquí estamos de nuevo.
Seguimos avanzando, escalando, trepando mientras descubrimos el día a día desde arriba, desde abajo y desde la mitad. Pienso que los procesos se hacen como si fuéramos a subir una escalera donde vamos peldaño a peldaño, si nos saltamos alguno podemos terminar en el suelo, aunque tampoco pasaría nada, siempre se puede volver a empezar y aparender del error.
Ya llevamos casi tres meses en el cole y estamos encantados. Jirafita ha ido adaptándose poco a poco, al ritmo que ella ha necesitado. Está muy contenta con sus amigos, con su seño, con las otras “seños” que ha ido descubriendo poco a poco y que las ve como parte de ella. Las nombra mucho en casa y sabe qué actividad o juegos hacen con tal o cual.
Comenzamos con media hora de llanto el primer día, con pucheros la primera semana, entrando en bracitos el primer mes y ahora vamos de la manita tan contenta, nos despedimos de mamá y salimos corriendo a dar un abrazo y beso a la seño o seños, dependiendo quiénes estén en ese momento en la clase. Si me descuido no me da ni el beso de despedida.
Está hecha un “trastecillo”, dice la seño que le va diciendo a todos los amiguitos las normas de lo que se puede o no, hacer en clase, pero que en cuanto se da la vuelta ella va a lo suyo. Si me lo dicen de bebé no me lo creo, por Dios ¡ con lo tranquilona que era!
Ha aprendido muchas canciones que las canta cuando está a solas y si le preguntas se corta la mayoría de las veces, otras las cantamos juntos.
Ha traído varios trabajitos hechos por ella y sale con una sonrisa de oreja a oreja para mostrárnoslo. También trae otras tareas para hacer juntos en familia. Yo encantada, con todo lo que me gusta, me lo paso pipa buscando materiales y haciéndolo luego juntos los tres.
Siempre ha sido de buen comer, pero ahora tiene un hambre atroz a todas horas. En su diario, en la nota de merienda de media mañana, aparece cada día: “bastante”, “todo”, “casi todo”...rara vez me encuentro con “un poco”. Da igual lo que toque. Luego en casa, “devora” lo que haya. Yo creo que ese “desfogue” que tiene en clase es justo el que necesitaba para estar como está en todos los aspectos. Sigue saltando, trepando, “culo inquieto”, exploradora...pero está más tranquila, es como que tiene saciada una parte que necesitaba de relación con otros, de independencia sin mami...
Y en contraste, fuera del entorno que conoce casa-cole se corta mucho. Está empezando a sentir vergüenza con mucha gente, incluso le cuesta adaptarse hasta con familiares o gente cercana. Necesita un tiempo de adaptación (que no todos saben respetarle y lo único que hace es que esté más tiempo "en su escondite").
Desde que dejó el pañal no ha tenido ni un solo escape, ni siquiera por la noche. Nos costó pero ha merecido la pena.
Por primera vez en todo el tiempo que tiene, no ha llorado en la Pediatra ni ha montado "los espectáculos" que armaba.
Está empezando a colorear siendo consciente de lo que eso significa, a hacer dibujos más elaborados... (se merece un post aparte). También sabe coger el lápiz perfectamente. Un día me dice: "mamá el lápiz se coge así" (lo hace correctamente). Al preguntarle quién le había enseñado respondió: "Nadie, yo solita".
Sigue igual de observadora, de vivaracha, de “manojillo de nervios” aunque algo menos impaciente pero según la seño es la que antes acaba la tarea de todos sus compañeros para ponerse con otra cosa “a su bola”. Es como que lo termina rápido para ponerse con otra cosa que le gusta, no aguanta tanto tiempo sentada haciendo algo, aunque se integra, obedece órdenes de trabajo y colabora. Tenemos que seguir trabajando la paciencia.
Sale de clase contándome lo que ha hecho y si no me lo cuenta sé que hay algo que no ha hecho muy bien (como por ejemplo, correr dentro de clase). Trae a la seño “frita”. La teoría la sabemos pero la práctica se nos olvida. Muchos días sale de clase diciéndome “hoy he corrido en clase”. Me encanta que me tenga esa confianza aunque sepa que le voy a regañar. A ver cómo la enderezamos.
Está empezando a usar mucho su imaginación. Lo mismo es una rana, que un mono, un gusano o una mariposa...con sus ruiditos, claro. Lo que tiene ver también Peppa Pig.
Quiere mucho a todos sus amiguitos de clase pero tiene predilección por uno de ellos, son tal para cual, inseparables, se defienden mutuamente y son compañeros de travesuras. Según la seño, se quieren tanto que de los abrazos que se dan, se caen para atrás y todo. Si a uno se le ocurre algo, allá que está el otro. Tienen una relación preciosa y se quieren “a rabiar” (frase de la seño).
En clase hacen exámenes mediante actividades de juego ,adecuados a cada niño, para ver cómo evolucionan, y comprobar hasta qué nivel pueden llegar desde la individualidad del niño-a. Ese me gusta mucho. También que trabajan por rincones y actividades del ahora, de lo que sucede en su día a día. Estamos encantados con el colegio y ojalá pudiera seguir ahí toda la Infantil.
Un día salió muy apenada de clase diciéndome que era el cumple de la seño R. y que no le había llevado un regalo. Al principio pensé: "mira que si los demás le han llevado un regalo y yo ni me he enterado". Pero ella me decía que no podía ser un regalo comprado sino una tarjeta. Así que le dije que por la tarde, después de la siesta le haríamos una para que la llevara al día siguiente. Se levantó y lo primero que pidió es hacer la tarjeta de la seño. Nos pusimos con ella y se la llevó encantadísima al día siguiente, hasta se la enseñó a la portera del cole (cuando nunca consigo que le diga ni buenos días). Al abrirnos la puerta de la clase, Jirafita dijo: "toma". La cara de la seño era un poema, "¿esto que es?"...le expliqué lo sucedido. Me dijo que efectivamente el día anterior había sido su cumpleaños pero que todo esto había sido cosa de ella solita. Así que le dio un beso y agradeció la tarjeta.
Ha empezado a usar expresiones donde no conjuga bien los verbos y está super graciosa, pero claro, siempre se lo repetimos de la forma correcta. “ya me lo he ponido” , “esto se ha rompido”...aunque la de “no cabo” la dijo la primera vez y al explicarle que era “quepo” ya no ha vuelto a decirla mal.
Y he aquí una anécdota de sus ocurrencias, que tiene tantas que si se me olvida apuntarlas en el momento, luego no me acuerdo:
- Mamá, ¿qué color es este? (señalándose su cara)
- Ese es el color carne.
- ¿Y el tuyo?
- - El color carne, también.
- - ¿Y el de papá?
- El mismo, cariño, el color carne. La piel que tenemos nosotros es de color carne.
- (Se queda pensativa). No mamá, papá no tiene color carne. Papá tiene color barba.
(Y eso que va afeitadito)