El pasado verano tuvimos la suerte de ver unas colmenas que estaban colocadas en una cosecha de girasoles.
Lástima que no pudimos adentrarnos más para ver mejor el proceso, ya que había bastantes y no queríamos ni interrumpir su trabajo ni enfadarlas y que nos picaran (no llevábamos ropa adecuada), así que nos conformamos con ver cómo recogían el polen de las flores e iban y venían hasta la colmena.
El colmenero es un conocido de esta familia y cada año nos regala un tarro grande de miel que vamos consumiendo a lo largo del año.
Mientras regresábamos a casa (como mi cabecita no para de inventar) pues me acordé que teníamos un tarro pequeño que nos regalaron hace tiempo como un recuerdito de algo y recopilé varias cositas en mi mente. Entre lo que recreé por el camino y lo que me encontré por casa cuando me puse "en búsqueda y preparación" de la actividad; salió todo esto que comparto a continuación.
Preparé la bandeja de la primera foto y estos complementos
El libro de las abejas de la colección que tenemos de la granja es genial. Viene el proceso muy bien explicado para los más pequeños.
La peque ante tal espectáculo dio rienda suelta a su curiosidad y se puso a experimentar.
Fue una propuesta estupenda para terminar de comprender lo que habíamos visto en el campo de girasoles.
Preguntó, tocó, palpó, chupó, trasvasó...y sació su curiosidad llenándose de información de uno y otro lado.
Y siguió probando...
Se lo pasó genial y yo observándola sin intervenir, sólo para responder sus dudas y explicarle curiosidades.
Fue una experiencia muy dulce, además de pegajosa. Y por supuesto con un aprendizaje tremendo.
No sé si es por mi profesión que me encanta mostrarle a Jirafita "imágenes reales" (todo lo real que podamos, a veces es simbólica como estos muñequitos) donde pueda ver, palpar, preguntar, mirar y remirar detalles...sobre algún tema concreto.
El tener una imagen ante ti a la hora de comprender algo, aunque sea simbólica, te hace salir de muchas dudas y no crear conceptos erróneos en tu mente. La imaginación está genial cuando leemos o inventamos historias ficticias llenas de sueños, fantasías, etc...pero en el momento de explicar conceptos, técnicas, conocimientos...es mucho más productivo y efectivo el verlo "en directo" o todo lo más directo que se pueda.
Por suerte, en los colegios cada vez más se van trabajando por rincones, se les motiva con actividades sensoriales, mundos simbólicos, etc...pero aún queda mucho camino por recorrer. Sobretodo cuando se va avanzando en cursos.
La teoría está genial pero la mayoría de las veces si no va acompañada de una práctica se esfuma a la primera de cambio.
Dejémosles experimentar, tocar, curiosear, investigar, reproducir, exponer...con materiales que tenemos por casa, en el campo, alimentos...no pasa nada por manchar, es algo que tiene fácil solución y siempre con la supervisión de un adulto. Dejémosles explorar!
He comprobado como chavales adolescentes en una aburrida clase de historia, con unos conceptos históricos y fechas que se les hacía "tostón" se invirtiera para convertirse en una clase participativa, todos querían manejar los soldaditos y llevar la batalla de aquí para allá, ser el rey fulanito y menganito para comprobar cómo zutanito adquiría territorios.
Quizá algunos siguen pensando que no sea la mejor forma, pero es la que más aprobados ha dejado entre mis alumnos.
Por eso creo que
casi todo lo podemos recrear para adquirir conocimientos duraderos y mantener despierta la curiosidad.