Mi pequeña está en una edad preciosa. Como ya escribí, creo que los dos años son muy claves (todos lo son y tienen su cosa) pero este es de los que tiene momentos muy significativos que darán un paso grande en su autonomía y en esa transición de bebé a niña.
Bueno, para mí ya no es tanto un bebé, salvo porque lleva pañal aún (que empezaremos a probar en esta primavera-verano. No hay prisas y habrá que ver cuándo se siente ella preparada, eso es lo fundamental ). Por lo demás, no deja de sorprendernos porque parece una niña más mayor.
No sé si es casualidad, pero desde que ha cumplido dos años ha dado un cambio tremendo, de golpe. Es cierto, que desde que nació, siempre un día o dos antes de cumplir mes, o un día o dos después de cumplirlo, hacía algo nuevo.
Ahí van estas anotaciones para no olvidarlas:
- Si ya era un lorito, que ha hablado desde muy pronto. Es como si se le hubiera "disparado" algún botoncillo que tenía sin funcionar que parece que tenemos una radio puesta, todo el día. Ja ja, me parto con ella.
Hoy estaba pidiendo que papá le pusiera unos dibujos, (yo los observaba en silencio) y los dibujos que no salían. Cuando papá se da cuenta del error dice: "anda, si no hemos enchufado este cable" y salta nuestra peque con sus manos hacia arriba: "anda, papá, hijo mío ainnn...que no taba mien pueto, ainn papá". Papá se desternilló de risa y yo le acompañé. Jirafita volvió a repetir su gracia unas cuantas veces más.
"Mami, Jirafita ya e mayó..peo muncho, muncho...ya no bebé..ya gande, gande..."
- Comer, come sola desde que tenía 17 - 18 meses, y cerró "los morritos" para querer comer lo mismo que nosotros. Con lo bien que había comido siempre, cerró un día esa boquita de piñón y dijo que los purés me los comiera yo. Así que come sólido, igual que nosotros y solita. Cualquiera le arrima una cucharada. "Yo solita", "no, yo solita", "yo solitaaaaa". Siempre hemos respetado sus ritmos y la hemos dejado experimentar. Tampoco se ha manchado mucho y si la hemos tenido que cambiar lo hemos hecho y ya está. Al dejarla, va adquiriendo más autonomía, soltura y confianza. Y lo mejor, come estupendamente todo.
- Estamos en la fase "yo solita" para todo. En el baño, ya no hay manera de ayudarle, ella se desnuda "yo solita", "Jirafita pede, solita, solita", "mia que mien yo solita". Es increible el "yo solita". Claro que tardamos más, pero es un gozo verla así tan mayorcita y graciosa haciendo sus cositas, poniendo todo su empeño. También es cierto que en muchos momentos se frustra y si tratamos de ayudarla se enfada (muuucho). "Que no, que no, yo solitaaaa...Nena pede solita, mia"..
En esas estamos para todo. Siempre la dejamos y animamos con mucha paciencia pero verla cuando se frustra y no deja que la ayudemos es un tanto...ufff...(ommmmm).
Por las mañanas, vestirla es una odisea, porque la camiseta se la quiere poner "so-li-ta" y claro, por más que la deje y tengamos todo el tiempo del mundo, no atina a meter sola la cabeza, se enfada mucho si yo le intento ayudar. Así que lo que hago es inventarme una historieta que se ría mucho antes, que estamos las dos en plan risa floja y cuando ella so-li-ta intenta meter la cabeza por la camiseta, yo le doy un tirón rápido para que cuele la cabeza y empiezo a hacer un montón de elogios de qué bien lo ha hecho ella solita. (Hija mía si en algún momento lees esto, piensa que tu madre te estaba dejando hacer todo solita pero era solo un empujoncito mientras tú podrías darlo sola, que a veces todos los necesitamos y más cuando estamos en pleno aprendizaje).
Hoy ha intentado ponerse los leotardos so-li-ta y cuando metía una pierna se le salía la otra porque solo tenía un poco de pie metido. Entonces, antes de que llegara el momento frustración le dije: "Yo sé que tú puedes hacerlo solita, pero a veces necesitamos un poco de ayuda, mira tira tú solita y yo tiro por aquí pero que lo vas a poner tú solita como una campeona que eres". Despues del primer refunfuño, mi frase funcionó a la segunda y luego vinieron muchos besos, abrazos y elogios por haberlo hecho ella tan bien y solita, con una pequeña ayuda pero la mayor parte solita.
- Y los momentos de más curvas, curvas...agarrémonos a ver dónde llegamos...son que ha empezado a subirse donde pilla, pero de manera que cuando te das cuenta lo ha hecho. Mi hija siempre ha sido una niña tranquila a pesar de necesitar una buena dosis de "desfogue" diario. Cuando digo tranquila, me refiero a entretenerse mucho con todo y aunque investigaba todo, siempre en plan calmado. Nosotros siempre la hemos dejado hacer (siempre que no hubiera peligro), le hemos puesto normas en cuanto a "si quieres subir aquí nos tienes que avisar antes" y siempre ha obedecido. Si quería subir en algo alto en el parque, pues avisaba. Si quería subir la escalera de casa, avisaba.
Pues todo eso, ya no vale. En esta semana, se ha caído de nuestra cama (donde le encanta dar saltos, pero siempre con nosotros al lado y luego se bajaba como le había enseñado papá de un modo seguro para ella, despacito y mirando bien), pues ¡al suelo!, se ha caído para atrás de un mecedora pequeñita que tiene que le regaló un familiar cuando tenía un año, siempre se había mecido normal, pues esta vez ¡para atrás!.
Trepaba por los bancos del parque y se subía, se volteaba, experimentaba...pues esta semana, subiendo rápido, tal como subió por un lado, volcó por el otro...
En un segundo, "¿Jirafita dónde estás?"..."aquí, mami, aquí", me la encuentro a medio trepar en la escalera y con una de sus muñecas con ella.
Tenemos un pufff en el salón y hoy me la encuentro de pie, haciendo malabares y equilibrio...(por poco me da un soponcio cuando la vi).
Yo ya me estaba preparando para los dos años pero van muy rápido, ja ja...
Rabietas, rabietas hasta ahora tampoco ha tenido ninguna así en plan "recordaremos forever", hasta ahora nada significativo más de lo normal...digo hasta ahora, no bajo la guardia...(que yuyu, ja ja).
Sigue aceptando bien las propuestas de juegos y actividades. Y ha empezado a jugar de otro modo (haré otra entrada). Ha conocido a una nueva amiguita en el parque con la que ha hecho muy buenas migas. La otra peque es otro loro, y creo que eso las ha unido, porque a veces siento como se frustra cuando intenta hablar con algunos peques y los otros no le hablan mucho.
Estamos en una fase preciosa. Hay muchos momentos donde expresa: "ay, mamá a quero muncho, te pomo"...y aquí estamos, disfrutando del día a día, aprendiendo y sorteando los obstáculos que dicen que son (aunque a lo lejos) una chiquita adolescencia...(por lo imprevisible y nuevo)
Ya iré contando aventurillas. Sé que de esta fase, con todos sus cambios, sacaremos unos momentos maravillosos, con amor, paciencia y dedicación.
Y, por si acaso, se aceptan ideas, aunque claro, ya sabemos que cada niño-a es único y lo que vale para uno no vale para otro, pero por tener ideas que no sea...