miércoles, 30 de noviembre de 2011

12- Va de premios

Me ha hecho mucha ilusión recibir estos premios porque llevo poco tiempo por aquí y, la verdad, que cuesta hacerse un hueco en un mundo ya un poco hecho y con blogs consolidados.
Agradezco el premio por partidas dobles.


Este premio me lo ha otorgado Mi mamá me canta y Una madre desesperada 

Hay muchas palabras que podría destacar pero me voy a quedar con Magia. Me parece que la vida, a pesar de los contratiempos, está llena de ella; sólo debemos buscarla, saborearla, compartirla y transmitirla.



Y el segundo de los premios me lo pasó Mis ovomellizos y Mi mamá me canta para mi otro blog Jirafarte




Debo decir siete cosas de mí:

1- Me encantan los niños y desde siempre soñé con ser mamá.
2- Mi otro blog Jirafarte.
3- Las jirafas tienen un significado especial para nuestra familia, de ahí el nombre de mis blogs. Sueño con montar un negocio que,  por supuesto, llevará ese nombre. De momento, no es posible pero algún día espero verlo hecho realidad.
4- Me encanta leer y de temas muy variados. Pedí a los Reyes Magos mi primera "importante" colección de libros con 7 años. Aún los conservo y algún día se los entregaré a mi hija para que pueda disfrutarlos tanto como yo. En el momento justo haré un post al respecto.
5- Soy una amante del mar y de la luna aunque también de la naturaleza en general. Soy hogareña, muy familiar, me gusta viajar y me fascina cocinar e innovar.
6- Espero hacer de mi hija una mujer con un gran corazón, con arraigados valores y que sepa disfrutar de la vida de forma responsable.
7- El 2011 y el 2006 se quedarán para siempre grabados en mí, han sido años de grandes pérdidas de seres queridos, de levántate de una y ahí va otra pero también de un gran aprendizaje y fortaleza. Dando gracias siempre a mis dos amores (mi marido y mi hija) porque son el regalo por todo lo no tan bueno que me tocó vivir.

Debería pasar el premio a no sé cuántos amigos, pero como en mi lista no hay muchos y la mayoría ya lo teneis, lo dejó aquí para que lo recoja el que le apetezca porque todos os lo mereceis.
Gracias de nuevo y a todos los que me leeis en silencio.

domingo, 27 de noviembre de 2011

11- Cachorros en apuros


A mi peque le encantan los perros desde que era muy chiquitina. Un día, mirando libros infantiles, vi esta graciosa maleta con 3 marionetas de dedos y, aunque era para niños de algunos años más, no me lo pensé y me lo llevé a casa. A Jirafita le encantó, principalmente por los perritos y luego por lo que le gusta ir con la maletita para arriba y para abajo. (Aunque a veces, con los vaivenes que le da a la maleta, va perdiendo los perros por mitad del pasillo. Estos juguetones animalitos también están más tiempo en remojo que secos, pues al jugar mucho con ellos es lo que tiene. Cuando hice la foto le hacía falta un buen lavado al perro blanco, Lolo).
Me encanta observar a mi hija y verla así tan dispuesta con sus libros, le fascinan y a mí mucho más porque yo desde pequeña iba también con mis cuentos y libros. Creo que es uno de los mejores regalos que se pueden hacer, a grandes y pequeños. Ya estamos pensando en los que les vamos a pedir a los reyes.

 
Solemos leer este libro haciendo juegos con las marionetas, con voces distintas y dando énfasis. A Jirafita le gusta mucho aunque se cansa un poco antes de llegar al final del cuento, le gusta pasar las páginas y detenerse donde a ella le parece aunque no hayamos terminado de leer la historia. Es señal de que el libro es para un poco más mayor pero así también vemos la evolución y las distintas posibilidades que sacamos de la historia del libro.

"Un día Fredo, Lolo y Dalila salen al patio a jugar, y entonces empieza su gran aventura. ¡Descubre todo lo que les ocurre leyendo e interpretando la historia de este divertido libro que incluye tres marionetas y un decorado!"
 

 

Es una historia que enseña la fidelidad a los amigos. En la foto 2 se puede ver un trozo que falta al decorado. Mi peque lo arrancó. Cuando la vi le regañé y le hice pedir perdón, más tarde descubrí para qué lo había arrancado. Me tuve que reír, una vez más, en silencio, por su ocurrencia y recurrí a una manualidad para solventar el problema. Lo presentaré en otro post.
Los peques nunca dejan de sorprendernos.

lunes, 21 de noviembre de 2011

10- ¿Vamos a comprar un pollo?

Cuando viajamos, si mamá no conduce, va con Jirafita en la parte trasera del coche. La verdad que no nos podemos quejar del comportamiento de la peque porque hace que los trayectos sean bastante amenos.  Solemos llevarle juguetes y recurrir a actividades durante el viaje, aún no tenemos ni dvd para el coche, mientras podamos evitarlo lo haremos.
Hay un juego que le gusta mucho  y que se me ocurrió “tunearlo”, ha sido tal el acierto que verla cómo se reía a carcajadas hizo que yo terminara riéndome de verla a ella.
El juego es tan simple como coger su manita y empezar la típica canción de este puso un huevo, este lo echó a freír, este le echó la sal, este lo removió y este tan gordito se lo comió, comió, comió...ahí siempre se ríe mucho y me dice: “mamá más, más”. Un día, se lo había repetido tantas veces que yo ya no sabía quién le echó la sal o cuál se lo comió,  es ahí cuando se me ocurrió lo siguiente:
-         , Jirafita, cariño, ahora lo vamos a hacer de otro modo. (Es ahí cuando mi peque me miró muy atenta a ver qué se me ocurría y se quedó mirando hasta que terminé)
-          Este fue a comprar un pollo.
-          Este lo troceó.
-          Este lo aliñó y lo puso en la bandeja.
-          Este lo metió en el horno, no se toca que quema, quema, quema (eso se lo decimos siempre que usamos el horno y lo ha aprendido estupendamente que siempre lo repite).
-          Y este tan gordito, se lo comió, comió, comió.

Algo tan simple pero que le encantó. “Mamá, más” . Tan metida la vi entre su incredulidad, invención de mami y novedad que se me ocurrió decirle que ahora me lo hiciera ella, es ahí donde me tuve que reír a carcajadas.

-          Cogió mi meñique y dijo: “pollo”, a continuación puso mi índice entre sus deditos y añadió: “hono, quema, quema, uuu, no, no, quema” (ahí ya no podía aguantar la risa) y después cogió mi pulgar: “pomo, pomo, pomo”.
Desde ese día el juego de los deditos y el huevo no le gusta tanto, siempre prefiere el del pollo.

jueves, 17 de noviembre de 2011

9 - Va de virus

Pues sí, así estamos, esperando a que el virus se vaya de esta casa porque se ha acoplado pero bien. Primero lo pilló la peque y luego se lo contagió a mamá pero la peque está con una energía tremenda desde el principio, de aquí para allá y la mami está más para allá que para acá pero de malestar.
Dicen que cuando el virus te lo pega tu hija-o te pones mala, malísima como nunca antes habías estado y doy fe.
Jo, cualquiera diría que era un simple virus, sí me dolían todos los huesos como si me hubieran dado una enorme paliza! además del malestar interno. Menos mal que me lo advirtió la chica de la farmacia. "Te vas a poner malísima que parecerá que tienes otra cosa". Me quedé más tranquila porque de lo contrario hubiera pensado que era grave.
Ahora la peque está muchísimo mejor. La mami terminando de recuperarse y esperemos que este virus desaparezca antes de que lo pille el papi. Estamos deseando comer comida normal y dejar la dieta astringente.

viernes, 11 de noviembre de 2011

8 - Tarjetas manuales para emparejar




Aprovechando que a mi peque le encanta Pocoyo y está aprendiendo bastante con él, tanto en español como en inglés, decidí hacerle unas tarjetitas para jugar a emparejar. Ha sido todo un éxito, le encanta.
De momento buscamos las parejas bocarriba pero nos dará mucho juego esta manualidad.

Materiales:
- Cartulina (yo la elegí azul en este caso)
- Papel pegatina
- Imágenes que nos apetezca
- Tijeras
- Cinta adhesiva



Busqué imágenes en internet sobre Pocoyo y sus amigos, y las imprimí en papel pegatina (doble cada imagen para hacer las parejas). Corté la cartulina en cuadros de 6x6 cm y los recorté. Pegué en cada una las pegatinas y luego decidí ponerle cinta adhesiva por toda la tarjeta a modo de plastificado casero (para que dure más y mi peque no pueda tratar de despegar las pegatinas.
Como escribo más arriba, ha sido todo un éxito y estoy preparándole otras para aprender más conceptos.

Económico, fácil de hacer y con bastantes opciones para que los pequeños aprendan de forma divertida.
El perro de Pocoyo ya no es "guagua" sino Loula. Otra palabra más para su vocabulario.



martes, 8 de noviembre de 2011

7 - Asumiendo culpas

Mi peque que antes de andar ya charloteaba mucho, comenzó a evadir culpas cuando hacía algo que sabía que no estaba bien y que llevaría rectificaciones.
Las situaciones tenían gracia, para qué nos vamos a engañar, verla así tan graciosilla, con esa media lengua y con la cara de tranquilidad que echaba la culpa a papá o mamá con tanta seguridad que, daba por hecho que colaba, más de una vez me he tenido que aguantar la risa sin que sospechara nada.
Siempre que se producía una situación íbamos en su busca: "¿qué ha pasado"? (para que, poco a poco, empiece a ser consciente de lo que sucede y vaya comprendiendo qué se debe hacer, qué no y cómo lo solucionaremos)
- "Toto, toto" (roto, roto - su respuesta-)
- "¿Quién ha sido?" (si estaba con mamá respondía papá y sino viceversa)
- "No cariño, papá no ha sido porque no está en casa en este momento y si estuviera papá nos diría que es él". ¿Quién ha sido, entonces?"
- "Mamá"
- Cariño, mamá tampoco lo ha hecho. Ha sido la nena y es importante decirlo para pedir perdón y buscarle soluciones. (Me mira muy atenta)
- "Pendón" ("perdón" y lo acompañaba de un abrazo)
- Venga vale te perdono pero eso no se puede hacer (bla, bla...)

Sé que la mitad de mi repertorio no serviría porque sólo tiene 20 meses y no puede retener cada frase, pero sí las mismas repeticiones le dan seguridad para aprender a controlar ciertas situaciones, la hacen ser consciente del momento, de lo que sucede, de que es mejor decir la verdad y asumir quién ha sido, pensar bien las consecuencias para no repetirlo la próxima vez, pedir perdón y tratar de encontrar la solución. Obviamente este proceso no se va a recorrer de la noche a la mañana pero si se lo inculcamos desde tan pequeños, se van haciendo responsable de sus actos.

La verdad, que no podemos quejarnos de nuestra pequeña. Come bien, duerme genial, es sociable, cariñosa,  muy despierta y vivaracha pero por todo eso y porque tenemos la responsabilidad de hacer de ella una persona con un gran interior, debemos ponerle límites y enseñarle los valores desde tan pequeña. Sin exigirle más que lo que cada momento de su edad requiera, sin forzarla, con mucho refuerzo positivo además de besos, abrazos y te quieros. Es precioso verla crecer con esa autonomia y seguridad.

Comenzó pidiendo perdón cuando era necesario y desde hace unos días cuando le preguntamos "¿quién ha sido?" dice su nombre espaciado....Ji-ra-fi-ta. Para comérsela!

miércoles, 2 de noviembre de 2011

6 - Minibiblioteca de animales


Me gustó desde que la vi. Me pareció original, manejable, fácil de transportar, de guardar y con usos varios para jugar y aprender. A mi peque le fascinan los animales y sabe bastantes nombres, sonidos, etc..y por un lado me parecía útil pero, por otro, no tanto ya que lo había visto en editoriales diferentes y cada una recomendaba una edad. Una de ellas a partir de 6 meses. Yo, que lo vi hace un par de ellos, pensé que mi hija ya sería mayorcita para estos libros, por lo tanto, lo dejé pasar. Luego pensando que un bebé de 6 meses se lo llevaría a la boca y al ser de cartón duro, lo mordisquearía y chuparía, lo cogería, tocaría y poco más. Seguí informándome y, en otros lugares, lo recomendaban a partir de 18 meses que era justo la edad de mi peque cuando lo compré. Lo miré mejor, vi qué opciones podíamos darle y aquí lo tenemos.
 La verdad es que me enamoró desde el principio y me alegro haberlo comprado porque, a menudo, va a su estantería, coge el libro y me dice: "mamá leo" (que quiere decir algo así como "mamá vamos a leer"). Lo abre, va eligiendo de uno en uno y empezamos. "Mamá pingüi", "mamá leo gato", "aoa leo jaca...hiiii", "el nono, ma, mia patano", "guada nena" "ayuro recojo", "alta, alta".
 
 
Leemos los que Jirafita escoge, luego los guardamos siguiendo los dibujitos como si de un rompecabezas se tratase, (al principio los encajaba donde le parecía, ahora se va fijando en los animales iguales y los guarda en su lugar, bueno a veces boca arriba, boca abajo, pero de eso se trata de aprender), hacemos con ellos una torre alta, alta, alta hasta que se caen o la peque los tira (que le fascina), nos lo llevamos a casa de los abuelos para que los lean, jugamos en la mantita, en el sofá, en la mesa, en la cunita antes de dormir...
De momento, van a prueba de golpes, lanzamientos, vaciados de libro en donde pille...


Me alegro haberlo comprado y lo recomiendo. Viene el libro con departamentos y dibujos para guardar los 15 mini libros: perro, caballo, oveja, serpiente, abeja, tigre, gallina, león, tiburón, gato, cerdo, pingüino,mono, vaca y elefante.


Tiene unos 6 x 6cm y 6 páginas duras cada uno, le cuenta como se llama, quién es su cría, dónde vive, qué es lo que come y el sonido que hace. El precio es de unos 15 €, te sale el libro a un euro, más el libro grande para guardar. En libros, educación y aprendizaje hay que valorar si merece la pena. A mí me la mereció y espero conservarlo durante mucho tiempo.

miércoles, 26 de octubre de 2011

5 - Efecto Pocoyó

En el primer cumpleaños de una casi sobrina le habían hecho una tarta de Pocoyó. “De po qué?”- se me ocurrió preguntar- y fue cuando todas las mamás que allí había casi se me echan encima por no saber quién era el famoso Pocoyó. La verdad que hace seis años no veía dibujitos infantiles ni estaba nada puesta, ahora sí o eso trato aunque seguro que, en alguna ocasión, se me escapará algo.
Hace un par de meses, uno de nuestros sobrinos, cinco meses mayor que Jirafita, estaba loco con Pocoyó.  La verdad que hasta ahí pensé que a mi peque simplemente le gustaba y ya está. Desde hace unas semanas, Pocoyó es como uno más de la familia. Mi peque tiene un muñeco muy manejable de este personaje y hay días que le quiere dar la merienda, se quiere bañar con él, sacarlo a pasear o dormirlo a su lado.
Lo que sí he observado es que ha ido ampliado su vocabulario, con palabras o frases cortas, que dice Pocoyó. “Hola Pocoyó”, “Ta maniana (hasta mañana)”, “Elly” “Pajaroto” “Pupo (pulpo)”...

“Pato” ya lo decía antes pero se pone muy contenta cuando ve al pato de Pocoyó. Salta como Pocoyó, se ríe con las manos en la boca como él y si Pocoyó hace algo “mal”, con sus manos en la cabeza (la mar de cómica) le dice: “anda Pocoyó” (como diciendo mira lo que has hecho...), el único que no se llama por su nombre es el perro, que se llama "guagua", no hay modo.
También está aprendiendo inglés con Superpocoyó, veremos cómo nos va.
Así que nada, mientras dure, aquí le hemos hecho un hueco en nuestra familia a este gracioso y educativo personajillo azul.
Como está en plena fase, le estoy preparando una sorpresa con unas tarjetitas de manualidad para que juguemos a emparejar. Cuando lo tenga listo subiré cómo ha quedado y contaré el resultado.

martes, 25 de octubre de 2011

4- Jirafa y jirafarte

Después de mucho pensarlo, he decidido dar un giro a mi inicial blog para crear dos espacios distintos en una misma cuenta.
En esta página la jirafa escribirá una especie de diario sobre su peque y en el otro portal, Jirafarte , sobre una de sus grandes pasiones, las distintas formas que hay de saborear el arte.
Espero que por fin pueda sentirme cómoda, escribir de lo que quiero y disfrutar de las distintas aventuras que me esperan tanto en uno como en otro.
Bienvenid@s

miércoles, 12 de octubre de 2011

3 - ¿Es que no lo ves?

Situación:
Mi hija, en el salón, sentada en una mantita viendo los Tubibaby.
Yo, en la cocina, pelando y quitando semillas a un puñado de uvas para su merienda.
De repente:
-¡¡¡Mamá!!! ¡¡¡Pañal!!! ¡¡¡Pañal!!!
Salgo a toda marcha de la cocina para ver qué sucede con el pañal, pensando, en milésimas de segundo, que quizá “algo” se haya escapado del pañal o que ella se lo haya quitado o...

Y me la encuentro tan tranquila mirando la tele. Al comprobar que estoy allí, repite: “¡pañal!, ¡pañal!” y señala, con su índice, la pantalla. Intento descifrar lo que me está queriendo decir porque, ya no se trata de que tenga lengua de trapo, se le entiende perfectamente, es que, viendo lo visto (que ya iré escribiendo) a esta hija mía se le puede ocurrir cualquier cosa.
Miro la pantalla (todo esto que cuento trasladémoslo, en tiempo, a segundos) y aparece en dibujitos: una playa, con el mar de fondo, arena en primer plano, dos marionetas (creo que un pato y un pájaro), una pala para jugar, un cubo azul y un cangrejo que, de forma intermitente, aparecía y desaparecía en la arena.
-¡Uy el cangrejito!¡qué bonito, cariño, mira cómo se esconde y vuelve a salir!
- “Pañal, mamá, pañal”
Le faltó decirme: “mamá déjate de cangrejitos, ¿es que no lo ves?”
Yo mientras tanto, dando a mi “disco duro” a mayor velocidad, mirando minuciosamente la imagen para averiguar el acertijo.
Hasta que una "lucecita" se encendió y reparé en el cubo azul. Jo mamá- me dije- te ha costado, ¿eh?
Y es que en el baño donde tenemos su cambiador, hay un pequeño cubito azul donde desechamos los pañales.
-¡Ah!, el cubito azul, ¡Igual que el que tenemos en el baño para echar tus pañales!¡Muy bien!
Me miró (como diciendo, muy bien tú, menos mal, hija mía, con lo fácil que es y lo que te ha costado) y siguió tan pancha viendo sus dibujitos. Supe que había acertado porque, de lo contrario, estaría diciendo “pañal, pañal” hasta no sé cuándo...
En cierto modo, desde muy pequeña, le he ido enseñando a comparar conceptos, “mira igual que tu torre de taquitos, mira rojo como tus zapatos, mira el pájaro del libro como el del árbol del parque...

Aunque ella se basta y se sobra, después del "Pa quién es"...


Me encanta cuando los asimila, los reconoce y, también, cuando me reta porque se nota que le gustan, como a mí, pero así, sin avisar, me pone cada prueba...

viernes, 30 de septiembre de 2011

2- "¿Pa quién es?"

Lo que ayer me reí con mi gordita no tiene precio. Cada día agradezco por este regalo tan maravilloso en mi vida y, en muchas ocasiones, me quedo mirándola y me emociono al sentir que es mía, nuestra, de los dos porque me parece mentira. Ella es la recompensa por todo lo no tan bueno que nos tocó vivir, por separados y juntos.

Después de un 2011 que ya ha marcado un antes y un después para siempre, de pérdidas importantes, de emociones fuertes y almas desechas tratando de recomponerse como mejor saben o pueden, ella es el principal motivo para continuar y mirar la vida desde otra perspectiva. Esa es la idea que desde el principio tenía para este blog, no ha cambiado, pero hay días que mis palabras tienen un deje de tristeza a pesar de ser conciente de lo que quiero y necesitamos en nuestra familia pero el dolor irá menguando con el paso de los días, los recuerdos permanecerán para siempre, aunque conforme avancemos aumentarán los positivos.
Este post se titula "¿Pa quién es?" por mi hija Jirafita, ajena a todo, para ella es y será todo el amor que tengo porque se merece lo mejor.




Como escribí más arriba ella es un regalo en todos los sentidos, es una niña despierta, vivaracha y muy sociable y, la verdad, yo siempre la voy a querer igual, por ser ella, pero es un gozo ser la madre de una niña como Jirafita. Después de aquel fin de semana con su tita del alma, y de los dichosos fuegos artificiales, al regresar, progresivamente ha ido siendo la misma de antes.
En estos momentos tiene una "lengua de trapo", a sus 19 meses todo lo repite y pregunta; la mayoría de las palabras se les entienden muy bien.
Desde pequeña, cada vez que le íbamos a dar el biberón, le decíamos enseñándoselo: "¿para quién es?" y ella se reía, manoteaba y pataleaba de alegría hasta saciar su hambre. Poco a poco, ella nos ha ido diciendo "¿pa quién es?, ¿pa quién es?" hasta el punto de que el biberón de la leche se llama "pa quién es".
Ayer, y es cuando me reí a carcajadas por sus ocurrencias, estábamos jugando con los animales de la granja y me pareció oportuno comenzar a leerle un cuento de una vaca que explica, incluso, los alimentos que se pueden hacer y cómo, con la leche de la vaca. Estábamos las dos en el suelo y tuvimos la siguiente conversación:
- Mira Jirafita, esto que tiene aquí la vaca son las tetas aunque también de forma más fina se llaman ubres.
(Me mira muy atenta)
- ¿Cómo se llama lo que tiene la vaca?
- Teta - contesta sin vacilar.
- También se llama ¡ubre!
- ¿Cómo se llama también la teta de la vaca?
- "Ube"
- Y por ahí sale la leche. ( Se queda mirando fijamente como asimilando)
- ¿Qué sale de la teta de la vaca?
Vacila un poco y añade: "lese".
- ¡Muy bien!
Seguimos jugando con la vaca y el resto de animales, haciendo los sonidos de cada uno. Después de unos minutos le pregunto:
- Cariño, ¿qué tiene la vaca aquí colgando?
- Teta.
- ¿Y qué sale por la teta de la vaca?
- Pa quién es.
Lo que me reí ayer con su ocurrencia no tiene definición.
Gracias a mi marido, a la vida, a Dios, al universo...,por esta hija que llena de luz mi vida y que hace que las penas sean mucho menos.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

1 - Del color con que se mire, depende

Desde que tengo uso de razón, mi memoria evoca el disfrute de la espectacular explosión de colores y serpenteos en el aire que suele dar comienzo y cierre a las festividades típicas de los distintos lugares. También recuerdo que, tras los estallidos, siempre había el llanto de un niño.
Hoy la protagonista soy yo, por activa y por pasiva. Estoy viviendo las pre-fiestas de un soslayo aclimatado en la eternidad de una inacabable semana. Y no es que lleven dos días, ni tres sino que este año han comenzado con los cohetes una semana antes y, hoy, van diez.
Nunca antes me hubiera planteado el dilema de una situación como tal, pero a estas altura (que también hartura) de celebraciones estoy hasta no sé dónde de los dichosos estallidos matinales y vespertinos.
Y suena uno tras otro, sin piedad.
Y ni siquiera reducen las tiradas aunque estemos en crisis.
Y otro traquido.
Y miro de reojo el reloj, son las doce en punto; lo confieso: no sé adónde me voy a meter.
Y me siento pájaro indefenso que vuela en bandada a velocidad de zumbido, para buscar un escondrijo seguro que inseguro.
Y se me anuda la garganta.
Y se me desboca el corazón.
Y se me aclimata un no sé qué interno que me trastoca.
Y...,
Pasa el momento. Me voy recomponiendo como buenamente puedo. No sé si cada día puedo un poco más o mucho menos.
Y al caer la tarde, cuando ya me estoy recuperando de la sobresaltada mañana, escucho de nuevo el repiqueteo de campanas.
Y enseguida me alerto. Miro la hora y acaban de dar las ocho...
Y “comienza mi momento”, ése que se lleva acumulando desde hace ya....-”pssshhhh”-....montones de días....-”boooommm”-...

Creo que hemos probado de todo: a darle y no importancia, a estar con ella, a tenerla en brazos, a pasear, a quedarnos en casa, a jugar, a estar en el parque, a hacer la compra, a poner música, a cantar muy alto, a llevarla al lugar donde los tiran...pero...
Desde su pequeño gran corazoncito, hay un botoncito que ya se ha activado y no encontramos la clave para desbloquearlo. Ha pasado de ser una niña sonriente, pícara, vivaz y dicharachera a estar alerta las veinticuatro horas del día. No permite ni siquiera el vuelo de una mosca a su alrededor. Literalmente se engancha a mi pierna cuando la vecina sube o baja su persiana. Entre sueños, aunque aparentemente dormida, balbucea: “pum” y el sonido de nuestra ducha en la mañana la sobresalta sobremanera hasta impedirle conciliar un tranquilo sueño.
Y yo, que me leo todo lo que de psicología infantil caiga en mis manos, no sé qué hacer o dejar de hacer para que esa mirada y gestos asustadizos se esfumen a la velocidad que la pólvora entre las nubes.
Y al día de hoy, la situación me preocupa aunque no quiero sacarla aún de las casillas.  El alma se me despedaza en millones de trozos al pensar en lo que pasará por su mente, porque no puedo soportar esa mirada que me habla en silencio: “por Dios, mamá ¿por qué no haces nada para cambiar esto?”.
Y su pediatra, esa mujer que dispone de los recursos y psicología que tanto me ayudan, también está de fiesta, como todos...bueno, como todos los que están.
Así que mañana temprano, mucho antes de la hora clave matinal, dejaremos el nido y regresaremos el domingo cuando se haya consumido todo lo consumible.
Hemos trazado un plan que, esperamos, le deje tan buenos momentos que, poco a poco, le haga olvidar este mal trago. Su primero, probablemente y por desgracia, de muchos.
Creemos que es el momento de que conozca el zoológico. En instantes como estos no voy a entrar a valorar si es adecuado o no que los animales estén en un lugar como tal. A nuestra pequeña, le gustan mucho los animales y sabe nombrar y reconocer a bastantes. La primera palabra que dijo después de papá y mamá fue caracol y le siguió jirafa, mono, tortuga, pingüino...
Y después, estaremos unos días en la ciudad donde vive “su tita del alma”, a la que adora y con la que, esperamos, vaya destiñendo esos feos colores que se le han debido dibujar en su interior.
Ojalá todos desconectemos y la próxima semana sea lo más parecido a la rutina diaria, sobretodo que nuestra pequeña vuelva a ser como antes.

Para Jirafita, mi pequeño gran amor de 18 meses.
Ojalá siempre pudiera estar a tu lado para calmarte con mis besos, abrazos y te quieros.
Aquí queda constancia que, en este tu primer gran mal trago, mamá sí estaba haciendo algo para hacerte sentir mejor.
Con todo mi amor, mamá


Imagen tomada de internet
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